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lunes, 2 de junio de 2014

Plan de Salud de Río Negro (1973-1976)


Desde principio de año -casi todos los días- nuestros diarios digitales dedican columnas a discutir distintos aspectos del problema de la Salud Pública en nuestro ciudad.  En las discusiones repetidamente aparecen referencias al "plan de salud de los 70s".  Abrimos nuestro blog a todos quienes quieran aportar sobre este tema al que lateralmente ya nos hemos referido en nuestras columnas del 8 de junio y del 17 agosto de 2012. Hoy les acercamos una contribución de Liliana Lolich, miembro de nuestro espacio.



Plan de Salud de Río Negro (1973-1976) 


René Favaloro lo destacó como ejemplo a nivel nacional que promovió la migración de especialistas calificados y desarrolló el campo disciplinar. Pero fue mucho más que eso, el plan socializó la medicina y privilegió el hospital público. Para ello, jerarquizó los principales centros de salud de las ciudades más importantes a fin de poder recibir pacientes que antes debían ser trasladados a Bahía Blanca o Buenos Aires. El plan incluyó inversión en tecnología, equipamiento, instalaciones, servicios y personal. 



Tras el golpe militar del 24 de marzo de 1976, una solicitada de la Federación de Clínicas y Sanatorios de Río Negro afirmaba que "el Estado no es eficiente en la rama asistencial, por lo que debe estar reservado básicamente al sector privado (…) las obras sociales deben derivarse hacia la actividad privada porque su costo resulta más bajo que el que tendría en el ámbito estatal"[1]. La afectación a los intereses privados llevó a desacreditar el plan con la excusa de que los nuevos profesionales eran subversivos, que el sistema se había burocratizado en exceso y que las estructuras hospitalarias estaban sobredimensionadas[2]Fue motivo suficiente para hacerlo desaparecer sin que faltaran las amenazas y atentados contra sus principales referentes. ¿Por qué todo esto quedó naturalizado sin mediar la debida investigación como delito de terrorismo de Estado?


El proyecto de organización de la salud pública fue publicado por su ideólogo, el médico Alberto Dal Bo, en el libro "Hospitales de reforma" que incluye sus propuestas para Río Negro y otras provincias, y describe los ataques recibidos desde las corporaciones privadas [3]. Fueron denominadas "propuestas malditas para la familia médica", esa familia que privilegia sus propios intereses por encima de los de la sociedad en su conjunto. Entre otras cosas, el plan prohibía el doble ejercicio profesional: en el hospital por la mañana, en la actividad privada por la tarde.

En 1973, los referentes provinciales en el Consejo de Salud Pública -entre ellos el pediatra barilochense José María Iglesias- fallecieron cuando el avión provincial que los trasladaba se cayó en Bariloche. Alberto Pawly, en su condición de Ministro de Asuntos Sociales, designó, entonces, al propio Dal Bo. Su proyecto incluyó la dedicación exclusiva de profesionales, horarios vespertinos, residencias médicas para la formación de posgrado, la obligatoriedad de que las obras sociales pagaran los servicios que el hospital brindaba a sus afiliados y la incorporación de representantes de la comunidad en el Consejo. El proyecto fue trasformado rápidamente en ley - Ley de Salud 898/73.  

Entre otros logros, el presupuesto de salud se duplicó, se concretaron programas para grupos vulnerables, se modernizaron y aumentaron los servicios en áreas marginales, se compraron equipos y ambulancias, se mejoraron y ampliaron instalaciones edilicias y se replanteó la relación médico-hospital. Según Dal Bo, el Jefe de la Policía provincial -Mario Benigno Ardanaz – en connivencia con médicos policiales, hostigó el plan. 

Profesionales de nuestro nosocomio local recibieron amenazas de la temible “Triple A”, sufrieron allanamientos no solo de sus viviendas sino del propio centro de salud y explotaron bombas que dañaron casas y vehículos. Incluso el gobernador sufrió un atentado en nuestra ciudad que casi le cuesta la vida. 

El plan fue desmantelado a apenas un año y medio de haberse concursado los cargos con jurados externos de excelencia académica. Sin embargo, dejó una memoria imborrable en la comunidad local. En su momento, a pesar de las amenazantes censuras, no faltaron notas de opinión y cartas de lectores que lo defendieron e intentaron recuperarlo. También el diario Río Negro dedicó una editorial en el mismo sentido [1]. 

No es casual, entonces, que nuestro hospital local honre la memoria de quien en 1946, al frente de la Dirección Nacional de Salud, revolucionara la prestación pública nacional. Si tantos asumieron tantos riesgos en pleno terrorismo de Estado, con más razón, nosotros, hoy en día, tenemos no solo el derecho sino el deber de asumir la defensa de prestaciones de excelencia para todas y todos. 

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Fuentes bibliográficas:
[1] Pirri, Guillermo (2012). “El sistema de salud durante el gobierno de Mario José Franco (1973-1976).  
[2] Diario Río Negro (1997). Río Negro. La región, el país, el mundo. Diario de 85 años. Crónica viva del Siglo XX. Gral. Roca: Río Negro. P. 135.
[3] Miller, Alicia. "Propuestas malditas\" para curar la salud pública argentina. En http://www1.rionegro.com.ar/diario/tools/imprimir.php? 












1 comentario:

  1. No debemos olvidar que, bastante antes del golpe del 27 de marzo de 1976, durante 1974 si no recuerdo mal, varios de los integrantes del Plan de Salud fueron atacados por desconocidos, que pusien sendas bombas frente a sus domicilios; en un caso, destruyeron un automóvil estacionado perteneciente a una de las participantes del programa. Éste era tan bueno que la medicina privada estaba siendo desplazada del mercado: la gente prefería atenderse en los hospitales públicos. Este fue el origen del Sanatorio San Carlos, fundado por varios de los médicos traídos por el Plan de Salud; algunos de los atacados prefirieron abandonar el país: seguramente hubieran sido "desaparecidos" por la dictadura.

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